EL AGUA, UN NUEVO BIEN DE LUJO

EL AGUA, UN NUEVO BIEN DE LUJO

La importancia del agua es clave para el mantenimiento del planeta y de la vida. 
El planeta está compuesto un 70% por agua, pero el 97,5% de ella, se encuentra en los océanos y mares de agua salada, únicamente el 2,5% es agua dulce. De este agua dulce, la mayor parte se encuentra congelada, en glaciales y casquetes polares.  El resto del agua en estado líquido, se encuentra en su mayor parte en zonas subterráneas, y la pequeña fracción restante en la superficie o en la atmósfera. 



Según la UNESCO, hay suficiente agua dulce para toda la población mundial, pero el problema reside en su desigual distribución, además del cambio climático, un problema cada vez mayor en la sociedad, que genera un aumento de la escasez del agua.

El cambio climático influye negativamente en el agua, en su cantidad y calidad, además la contaminación también influye. A menudo se encuentran mares, ríos o lagos llenos de basura arrojada. En la actualidad, debido a la pandemia de coronavirus, se ha incrementado el uso de mascarillas, y en consecuencia, miles de ellas se encuentran flotando en ríos y mares, por no hablar de los "arrecifes de plástico" de nuestros océanos. 


Beber agua contaminada, causa alrededor de cinco millones de muertes de personas en el mundo, como pasó en 2018 en Basora, donde el agua contaminada, envió a 120.000 residentes a los hospitales de la ciudad. Otro factor que también influye en la contaminación del agua, aunque en menor escala, es la deforestación: la tala de árboles hace que los lagos y ríos se sequen con mayor facilidad, además la ausencia de sus raíces en las orillas, hace que aparezcan con más frecuencia bacterias y sedimentos que perjudican la calidad del agua. 

En definitiva, la escasez de agua afecta aproximadamente al 40% de la población mundial y por supuesto las principales víctimas de esto, son las personas en situación de exclusión social, marginalidad y pobreza, los cuales suelen vivir en lugares donde la distribución de la cantidad del agua potable es insuficiente, escasa, incluso a veces inexistente. 

Según algunas predicciones de Naciones Unidas y del Banco Mundial, la sequía podría poner a 700 millones de personas en riesgo de desplazarse para 2030, ya que esto lleva a muchos a buscar una vida más segura y sostenible en el exterior. 

Ya en 2017, las sequías severas contribuyeron a la peor crisis humanitaria desde la 2º Guerra Mundial, cuando debido a la escasez de alimentos y los constantes conflictos, 20 millones de personas en África y Medio Oriente se vieron obligadas a abandonar sus hogares. Desde aproximadamente el año 2012, las crisis del agua, han estado muy presentes en la sociedad, constituyendo uno de los cinco primeros peligros de la lista de Riesgos Globales por Impacto del Foro Económico Mundial. 

Por otra parte, a lo largo del siglo XX, el uso mundial de agua creció a más del doble de la tasa de aumento de la población, debido a una urbanización masiva provocada por el éxodo rural, el crecimiento de la población y el desarrollo económico. Además, se carece de una buena educación hídrica o conciencia para evitar el despilfarro del agua en el primer mundo. En España, por ejemplo cada ciudadano consume 142 litros de agua al día de media. Esta escasez y derroche del agua, ha llevado a ciudades como Roma, Lima o Ciudad del Cabo a racionar el agua.

En definitiva, la escasez del agua provoca un caos enorme en la sociedad, y en consecuencia en el bienestar de la misma.  Además no debemos de olvidar que, si no hay agua, los gobiernos de los países van a intentar controlar ese recurso y es posible incluso que se empiezan a pelear por ella. Peter Gleick, director del Pacific Institute (Oakland, California)  ha estudiado durante tres décadas el vínculo entre los conflictos, la migración y la escasez del agua, y cree que los conflictos por el agua están aumentando de manera exponencial, al igual que la demanda de la misma. 

"En raras excepciones, nadie muere de sed, pero sí cada vez más personas mueren a causa de agua contaminada o debido a conflictos por el acceso al agua" afirmó Gleick

BASORA,2018

Y hablando del uso del agua y su despilfarro, también cabe destacar que un 70% del agua dulce que se dispone en el planeta, se usa para la agricultura, algo que en muchas ocasiones también ocasiona muchos conflictos relacionados con el agua y su escasez. 

Pero, ¿puede hacerse algo para erradicar o reducir estos conflictos?. Por desgracia, no existe una solución única para todos los países. Mientras que algunos países como Irak, con simplemente reducir las fugas en las cañerías se perderían dos tercios menos de agua de lo que el país pierde actualmente; en otros países la solución es mucho más compleja. Se ha hablado también de incrementar el precio del agua para reducir su consumo o reflejar el verdadero costo de proveerla, o incluso abordar la corrupción y reducir la extracción desmedida de agua que se utiliza en la agricultura. 

Otra solución para intentar hacer frente a al escasez de este recurso es aumentar el nivel de agua disponible mediante la desalinización del agua del mar, o el reciclaje de "aguas grises" o residuales. Estas técnicas podrían reducir de increíble manera la escasez de agua.

En conclusión, el agua es un recurso limitado que en los países de primer mundo estamos acostumbrados a poseer con facilidad y derrochar diariamente, mientras que en otras partes del mundo, su escasez es un problema muy habitual, y cada vez más frecuente, causando fuertes conflictos. Por eso, debería ser un tema importante a tratar en los gobiernos de la mayoría de países, para tratar de reducir su consumo y así evitar un mayor problema. Además, como antes se mencionaba, en los países más avanzados, en los que parece que el agua no sea un recurso escaso, el principal problema reside en el derroche de los habitantes, por lo que nosotros también deberíamos concienciarnos más sobre este tema. 






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